Ocupa las llanuras abiertas rodeadas de colinas pedregosas y de escarpaduras rocosas. Se trata de lugares de clima frío, seco y ventoso. Las precipitaciones son estivales y las temperaturas suelen situarse por debajo de los 0ºC. La vicuña se desenvuelve en un medio natural árido, situado a 4.000 m de altura. En este desierto, el frío es intenso, el grado de humedad bajo, y la variación entre la temperatura diurna y nocturna a veces es muy grande. La escasa vegetación se compone de algunos arbustos y de plantas herbáceas rasas y muy dispersas. El sistema social de las vicuñas está muy estructurado. Una parte de los machos adultos vive con un harén formado por dos o tres hembras y sus crías. Los machos establecen dos territorios: una zona de alimentación, que se utiliza durante el día y un territorio de descanso, situado más arriba y frecuentado por la noche. Ambas zonas suelen estar unidas por una franja de terreno que hace las veces de corredor. El macho defiende vigorosamente el acceso a estos territorios. De este modo, las hembras del harén se benefician de una zona protegida. El resto de los machos, adultos y jóvenes expulsados de los harenes, se reúnen para formar grupos que no llegan, por lo general, a los 30 machos célibes. Los machos territoriales empujan a estos grupos, que constituyen un potencial genético de reserva, hacia pastos menos buenos.
La vicuña es un camélido que puede medir de 80 a 90 centímetros, con un largo de 1,60 a 1,75 metro. Es de color marrón en la parte superior del lomo y los laterales; su pecho es blanco. La lana que se puede extraer de la vicuña está considerada la más Tina del mundo.
El único enemigo natural de la vicuña es el puma, que aprovecharía la noche para cazarla en sus dormideros. Pero la vicuña es perseguida por el hombre, fundamentalmente para obtener su lana.
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